FELIZ AÑO

Ya media diciembre y hay quien me apremia para que escriba un mensaje de felicitación a los amigos. Es fácil preguntarse si tenemos algo que celebrar. En seguida se nos viene a la cabeza el contexto, la coyuntura y ahí no parece haber nada por lo que alegrarse salvo, tal vez, el consuelo del tonto: que otros están peor; o el del optimista: que podría ser peor.

Pero dejando a un lado las circunstancias que nos rodean, aún quedamos todos y cada uno de nosotros, lo que es lo mismo que decir: quedamos yo. Ese yo que cada uno de nosotros viene a ser, más o menos maduro, más o menos narcisista, más o menos feliz, más o menos rico o importante o bueno, pero, en cualquier caso, vivo. Y, por vivo, objeto del infinito amor del Universo, reflejo existente del Ser que, en palabras de Hahnemann “adoran los habitantes de todos los sistemas solares”. No siempre podemos ver esa inmensa realidad que nos acompaña y de cuya naturaleza participamos, pero basta con pararse a pensar que somos un vórtice de luz plasmada en conciencia, un vórtice de cuyo interior no paran de surgir pensamientos, sentimientos, vida. Felicitémonos por ello.

Es cierto que tenemos la mala costumbre de estropearlo todo. No indaguemos hoy las causas de tales tendencias. Pero si sólo una vez, una vez en toda la vida, has sentido un segundo de felicidad, de paz, de alegría inexplicables, un estado que parecía no depender de nada, es un hecho definitivo. Ese instante ha quedado grabado en tu esencia para siempre y, llegada la ocasión, saltará y se expandirá y teñirá tu mundo de un hermoso color que jamás has visto porque aún no existe: ese color lo crearás tú. Felicitémonos también por eso.

Felicitémonos, asimismo, porque tú(yo) y tú(yo) y tú(yo) y también yo podríamos, si quisiéramos, hacer que este mundo, ese contexto al que antes me refería con tanto pesimismo, fuese un poquito mejor. ¿Queremos? Si la respuesta es la que imagino, felicítate. Y acepta que yo te felicite porque eres un ser humano de buena voluntad. ¡Lo mejor de lo mejor!

Doctor Emilio Morales