Aunque parezca mentira, hay un elevado número de personas que aún no se han enterado de que existe un gran debate en el que muchos médicos y científicos de prestigio en todos los países se encuentran en abierta oposición con las verdades oficiales sobre la crisis sanitaria en la que nos encontramos inmersos. Las personas que aún no se ha enterado son aquellas que se informan únicamente a través de los medios de comunicación de masas. Otro grupo ha oído hablar de esa oposición, pero piensa que es cosa de friquis, de negacionistas, de gente un poco loca, cuando no malvada, que no tienen nada mejor que hacer que andar fastidiando mientras que aquellos que nos gobiernan no escatiman esfuerzos para salvarnos la vida en medio de este peligro invisible, contagioso y mortal. Y finalmente, hay un grupo de personas conscientes de que existe un peligro mayor que el de una epidemia: el de ser aterrorizados, dominados, perder nuestros derechos ciudadanos y ser reducidos a una condición infrahumana con la excusa de una amenaza para nuestra salud que a lo mejor no es lo que parece.
El problema tiene muchos aspectos que no pueden ser abordados en una entrada, ni siquiera en un libro. En los últimos meses, lo que he aprendido sobre los virus ha cambiado por completo las ideas al respecto que me habían sido inculcadas durante mis estudios de medicina y que había mantenido, con algunas modificaciones, a lo largo de mis cuarenta y cinco años de ejercicio profesional. Las expondré brevemente: los virus eran microorganismos (!) patógenos que, si alcanzan a penetrar en nuestro organismo producen enfermedades desde leves a muy graves. Como homeópata era partidario de la teoría del terreno y por lo tanto consciente de que el estado del sistema inmune resultaba de la mayor importancia, pero, aún así, el virus era el patógeno, el elemento a combatir. Debía combatirlo el sistema inmune y, cuando esto era insuficiente, debía combatirlo el homeópata con sus remedios para obtener la curación. No sabía entonces, porque ha sido discretamente ocultado, que los virus son precisamente parte de nuestro sistema inmune, que son parte importante de nuestro organismo, que cumplen infinidad de funciones insustituibles, que no son el enemigo, sino todo lo contrario. En resumen, que sin los virus no habría existido ni se mantendría la vida.
He consultado centenares de artículos, vídeos y libros de diversos autores, algunos muy importantes, para hacerme una idea cabal de lo que hasta ahora había ignorado y darle una forma comprensible para transmitirla a los lectores del blog. Entre todo lo que he consultado hay una gran cantidad de exposiciones excelentes, aunque la mayoría muy técnicas o centradas, lo que es muy propio de los científicos, en un aspecto muy particular y restringido del tema. Pero hace un par de días me encontré por pura casualidad con el audio que hoy os invito a considerar. Se trata de una entrevista al biólogo Eduardo Benítez, en la plataforma LoveoTv, titulada “¿Qué es un virus? Nos engañan”. Después de escuchar a Benítez, me di cuenta de que no tenía que seguir afanándome en mi artículo divulgativo sobre virus, por la sencilla razón de que allí estaba todo lo que yo quería transmitir y mucho más. Siempre opiné que, si alguien puede explicar una cosa de forma sencilla, de manera que todo el mundo lo entienda, es que sabe de lo que habla; y viceversa. Naturalmente, esto no cuenta para los trabajos científicos, que van dirigidos a un público altamente especializado. Pero Benítez, que es un científico, sabe poner sus conocimientos en el lenguaje de la calle, comunica bien, posee una visión global de alto poder explicativo incluso en cuestiones arduas. La entrevista es larga y la vida que llevamos, ajetreada. Pero merece la pena. No os pido que creáis a Benítez, sólo que lo escuchéis atentamente. Y, por favor, no dejéis que otros piensen por vosotros.
Doctor Emilio Morales
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https://loveotv.com/watch/biologo-eduardo-benitez-quot-no-hay-ning%C3%BAn-virus-en-el-aire-quot-nos-estan-mintiendo_oER7HpDwGPexhVS.html